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Con el repicar de los tambores, las palmadas al ritmo del tamborito, el movimiento de cintura de las mujeres interioranas, la música del acordeón, las melodías de salomas de los campesinos de la Península de Azuero, el Gobierno Nacional mostró a diplomáticos extranjeros las tradiciones del folclor, museos y negocios de emprendedores de artesanías.